Con los primeros rayos de sol comienza el proceso. Cientos de pequeños brotes inician su crecimiento. A lo largo del día se transforman, pasando de ser diminutos corpúsculos a hermosas flores de largos pétalos y suave aroma. Multitud de ellas pueblan las ramas, formando un precioso y único espectáculo. Al final del día, el proceso termina. Las flores caen dejando su semilla sobre la tierra. Al siguiente amanecer, se reanuda el trabajo y sorprendentemente, el mismo árbol se muestra completamente diferente y renovado, cubierto de cientos de nuevos tesoros. Este es nuestro árbol, en constante actividad, para sorprendernos cada día, LA THEVETIA, una mezcla de constancia, esfuerzo y creatividad inagotable.